La buena labor del cuerpo técnico que hoy trabaja en Tigre hizo que hoy el Lobo esté clasificado a un torneo internacional como la Copa Sudamericana. OPINIÓN
Días atrás el mellizo Guillermo dijo que cuando se vaya de Boca, tendrá que dejar un buen equipo armado. Pero que para eso “se necesita tiempo”. En su primera conferencia de prensa, allá por marzo, Alfaro le agradeció a Troglio las bases construidas. Por algo sobre 18 dirigidos -contando Copa Argentina-, Gimnasia ganó 9, empató 5 y perdió 4
El mérito del cuerpo técnico que ahora trabaja en Tigre, estuvo en agarrar a un equipo diezmado en la B Nacional, con escasos puntos que hacían imposible un ascenso pronto. El Lobo perdía de local con Atlanta, hacía agua por todos lados. Más bien, se necesitaba un equipo para lograr una estabilidad que lo afirme en la categoría.
Troglio puso manos a la obra y empezó a construir. Fortaleza en el Bosque, cuchillo entre los dientes de visitante. En su primer año el equipo estaba lejos, encima con River en el centro de las miradas. Una cosecha holgada lo colocó en los primeros pelotones de la tabla. Los más exitistas querían subir, los realistas cumplieron objetivo, el efecto Ferro no iba ser posible, Gimnasia tenía un invierno tranquilo para laburar un buen plantel.
Se pusieron los cimientos, con jugadores clave por línea. Miren si no dónde están jugando Monetti, Mussis, Meza, Nacho, los Bou (aún verdes en esa etapa, es verdad). Pero también fueron importantes Barsottini, Oreja, Pouso y Niell.
El ascenso llegó con partidos que demostraban el hambre por subir: gol de Caco García sobre la hora en Banfield, triunfo de guerra en Paraná, goleada en Bahía Blanca. Gimnasia merecía subir y lo logró un martes en Córdoba, con miles de triperos.
Primer partido en Primera, triunfo con River en 60 y 118. Un par de torneos buenos alejaron los fantasmas del promedio, y nos ilusionaron con pelear arriba, con la misma estructura de la B Nacional. El hincha se había olvidado de esos 9 puntos en 12 fechas en la B. Monetti, el mejor jugador del equipo, tuvo una mala pasada en Quilmes y chau ilusión. Encima Saja erró un penal ante River que hubiese dejado a Gimnasia a tiro de la pelea. ¿Conclusión? Pasaje a Sudamericana en 2014.
Luego vinieron torneos parejos, la construcción de la platea H, la necesaria venta de jugadores para oxigenar al Club. Pero el karma de los clásicos y las malas relaciones con la dirigencia (le tocaron al Yagui Fernández en la reserva, por ejemplo), hicieron que Pedro fuera sacado del cargo.
Hace unas semanas llegó la noticia de la Conmebol, Gimnasia jugará la Sudamericana 2017 en un proceso que se inició hace poco más de cinco años. Un reconocimiento al grupo de jugadores y cuerpo técnico que pusieron el lomo cuando las papas quemaban. El tiempo, a Pedro, le dio la razón.
