El Lobo visitó al Rojo de Avellaneda y se trajo un empate 0 a 0 que le permite seguir sumando. El equipo de Gustavo Alfaro, que sabía que se enfrentaba a un rival de nivel con muchas buenas individualidades y que era importante no perder, mantuvo el orden defensivo y volvió a resignar bastante en ataque.
Gimnasia se fue conforme de Avellaneda. El Lobo sabía que se enfrentaría a un rival duro con un esquema que complicaba al juego que proponía Gustavo Alfaro. Por esta razón, intentó no complicarse. Defendió bien, presionó en el medio y trató de salir jugando de contra, aunque no fue provechoso.
Los primero minutos de partido fueron de ida y vuelta constante. Con buenas actuaciones de Daniel Imperiale y Chirola Romero, se logró cortar el quinteto que tenía el Rojo en mitad de cancha. Si bien no hubo situaciones de riesgo, el equipo avanzaba y no se tiraba atrás.
En el complemento, el Tripero fue otro. Lucas Licht anduvo errático en las salidas y Facundo Oreja falto de presión. Eso le le permitió a Independiente de a poco meter al Lobo atrás e impedirle el juego de contra. A pesar de las buenas apariciones de los zagueros centrales, Gimnasia no podía salir de la zona de peligro y mucho menos generarlo en territorio adversario.
Con los ingresos de Lorenzo Faravelli y Lucas Lobos, el equipo pareció buscar la forma de salir jugando por abajo y no con pelotazos, como se hizo a lo largo de los últimos 45 minutos. Nicolás Mazzola, flojo en el aguante de la pelota y sin compañero de ataque, tampoco sirvió para atacar el arco de Campaña.
Más allá de la floja actuación en cuanto al juego ofensivo, Gimnasia se fue conforme del estadio Libertadores de América. El único objetivo del Lobo era no perder este partido y lo logró. Este es un punto importante que le permite seguir sumando al Tripero y no quedarse en la pelea de los primeros puestos.
