Gimnasia cayó 3 a 0 en el Bosque ante Boca gracias al arbitraje nefasto del nefasto Jorge Baliño: no le bastó con inclinar la cancha en todo momento a favor del visitante, sino que ignoró una clara mano de Tévez en el primer gol y después le sacó roja directa a Ramiro Carrera por protestar. ¡Vergonzoso!
No se puede analizar un partido de fútbol cuando el protagonista principal es el árbitro. Resulta fácil explicar por qué Gimnasia perdió 3 a 0 con Boca en la noche del Bosque: porque Jorre Baliño lo decidió así a los 31 minutos del primer tiempo.
No pasaba nada en 60 y 118. El Lobo hacía su negocio y tenía controlado a un rival que,hasta el momento, había insinuado poco y nada de cara a los tres palos de Alexis Martín Arias.
Gimnasia lograba cortarle los circuitos de juego al equipo de los mellizos Barros Schelotto y, apoyado en la inteligencia de Chirola Romero (jugo condicionado desde los albores del encuentro por una temprana e injusta amarilla), que hacía la pausa y ensanchaba la cancha, apostaba a la salida rápida en los pies de Ramiro Carrera.
A los 31 minutos de juego Tévez recibió en soledad en tres cuartos del terreno, la acomodó con la mano y emprendió el ataque. ¿El impresentable Baliño? ¡Siga, siga! La jugada terminó con un potente disparo de Pablo Pérez, Martín Arias dio rebote y Benedetto aprovechó para abrir el marcador. Acto seguido se le fueron al humo al referí, que no dudó en mostrarle la roja directa a Carrera.
El repertorio de Baliño no iba a terminar allí. Después, siguió inclinando la cancha claramente a favor del Xeneize. El segundo gol de la visita vino segundos después de que el referí no cobrara una evidente falta sobre Chirola Romero en la salida del Lobo. Así, otra vez Benedetto, la punteó ante la salida del golero tripero y liquidó el pleito.
Gimnasia se desmoronó. Pese a que sufrió el robo de Baliño, nunca supo ingeniárselas para dar batalla con un hombre menos. El tercero fue un bombazo de Pavón que dejó sin chances al guardametas del Lobo. Un verdadero golazo.
El segundo tiempo estuvo de más. Boca aminoró la marcha y Gimnasia atinó a manejar la pelota con el ingreso de Lucas Lobos (¿para cuándo desde el inicio?), que supo asociarse con Romero y Licht para otorgarle mayor posesión al equipo de Alfaro. Allí sí, con el triunfo boquense ya garantizado, Baliño empezó a pitar como corresponde, lo que lo hizo recibir aplausos irónicos de la hinchada tripera.
Pocos harán hincapié en cómo lo perjudicaron hoy a Gimnasia y cómo le arrebataron la chance de pelear de igual a igual contra un equipo de alto calibre. No lo harán ni los medios nacionales ni los mellizos Barros Schelotto, ni nadie. Y seguramente Baliño volverá a dirigir en la próxima fecha.
En tanto, Gimnasia tendrá que dar vuelta la página y pensar en San Lorenzo, próximo rival por Copa Argentina.
