El sentimiento no se termina. Pase lo que pase, siempre estaremos junto al Lobo. Dejá tu opinión en web@letrag.net
Hay cosas en la vida que te marcan. Uno nunca sabe cómo prepararse o cómo reaccionar ante esas cosas, pero sentís algo dentro que te dice que a partir de acá, todo va a cambiar, para bien o para mal, pero cambiará finalmente.
El comunicado del plantel tripero, con Gastón Sessa como vocero, te marca a vos, a mi, a todos los Triperos… Algo tiene que tener este Guillermo Sanguinetti al que todos le piden la renuncia. Algo tienen en la sangre estos jugadores que piden, casi suplican, que el Topo siga en su cargo.
No sé a vos, pero a mí escuchar a la 22 alentando me eriza la piel. Ver los goles de un clásico ganado, al Viejo Griguol en su época de entrenador o a todo este plantel en la Sede en busca de la continuidad de un proyecto futbolístico me eriza la piel.
Y sí, como no van a caer lágrimas de mis ojos. Si cada latido de mi corazón es azul y blanco, como mi sangre. Y parece que los muchachos que nos representan en la cancha sienten lo mismo que yo, y lo mismo que vos.
Pero claro, lo frío de los números mandan en este fútbol moderno donde en 90 minutos pasas de héroe a villano, o viceversa. ¿Y cómo salir? ¿Quién tiene la fórmula del éxito? No se sabe, nadie tiene el futuro comprado, pero sí se puede asegurar que Gimnasia nunca tuvo un grupo tan unido como éste.
La presencia de los titulares en la sede es coherente, la de los suplentes también. Pero que hayan estado los pibes que recién empiezan y hasta el mismo Carlos Kletnicki, que entrena solo todos los días por estar marginado del plantel profesional. Eso te marca. Eso te eriza la piel.
Se podrán sacar la cantidad de conclusiones que cada uno desee. Pero ojo tripero, ojo amigo albiazul, salvarnos del descenso es una tarea de todos. Nosotros en la tribuna y ellos en el verde césped. Ojala las palabras se conviertan en goles, los goles en triunfos y los triunfos en la seguridad de continuar en Primera.
A alentar. Toda la familia gimnasista debe estar unida en pos de lo mejor para Gimnasia. Ellos, sí, los jugadores, saben que el margen de error ni siquiera es mínimo, sino que ya no existe. El técnico por su parte perdió el crédito y sumó a los jugadores a compartir las responsabilidades de este pésimo momento.
Podemos insultar, pelearnos, romper a patadas las puertas que nos encierran, pero siempre estaremos junto al Lobo. Acá estamos, en una especie de confuso horizonte que no nos permite ver el camino. Acá te pusiste o nos pusieron, pero ahora no se puede elegir otra cosa que no sea aguantar lo que venga.
Confiemos, entonces, en que a Gimnasia lo vamos a sacar adelante todos: nosotros, los jugadores, los dirigentes y Guillermo Oscar Sanguinetti.
