Falleció un tripero de ley que trascendió el aspecto deportivo para dejar su huella en la formación de grupos humanos.
Con el fallecimiento de Nelson De Lucía, a los 78 años, la Ciudad despide a un referente basquetbolístico de trayectoria extensa y fecunda; formador y conductor de grupos competitivos y solidarios, reconocido en el ámbito nacional, dejó su huella en varias generaciones de deportistas platenses.
Hijo de Dora Cascardi y Rafael De Lucía, hermano de Rafael Jesús, Nelson Carmen nació en 9 de Julio el 2 de septiembre de 1931. Antes de cumplir los seis años, llegó a Florencio Varela como consecuencia del ingreso en la empresa YPF de su padre; un par de temporadas después, el grupo familiar ya se había radicado en la zona de 2 y 33, pleno barrio Norte local.
Tras egresar del secundario, se capacitó como profesor de Educación Física y comenzó a entrenar planteles infantiles de básquet en diferentes clubes, algunos de ellos cuyas musculosas había defendido en el papel de jugador. Deportivo La Plata, YPF, Max Nordau, Atenas, Juventud y Universitario -en la Región-; Universitario de Tandil, YPF de la capital federal y las selecciones de Salta y Buenos Aires, además de diferentes combinados provinciales -fuera de ella-, lo tuvieron como director técnico, preparador o asistente.
En Gimnasia y Esgrima La Plata -club del que era fanático y socio vitalicio- concretó logros inolvidables. Estuvo al frente del Lobo cuando jugaba aún la Liga Metropolitana de Básquetbol, y luego en los primeros años de la Liga Nacional "B". Entre 1985 y 1986 se consagró bicampeón de la Metropolitana y obtuvo el torneo "Unificación", venciendo de local y visitante a San Andrés, campeón de la Liga de Transición -previa a la Liga Nacional-. Jugadores como Angel "Pichi" Cerisola, Raúl "Lepe" Guitart, Carlos "Gallego" González, Jorge "Chino" Zulberti, Alejandro Alegretti, Mel Daniels y Fabián "Burro" Crivaro estuvieron a sus órdenes.
Integró la comisión directiva de la Cámara de Comerciantes Mayoristas local representando a la Distribuidora "Integral" de indumentaria deportiva, cuya oficina de 42 entre 1 y 2 era punto de encuentro y debate para la "crema" del básquet platense. También gestionó, entre 1989 y 1991, el bar "Playoff" de 47 entre 8 y 9. Casado con Raquel Insúa desde hace más de medio siglo, tuvo dos hijos -Jorge y Walter Hugo-, quienes se prolongaron en cuatro nietos -Juan Manuel, Matías, Juan Diego y Joaquín- y una bisnieta -Catalina-.
En tiempos recientes, siguió de cerca el rebotar de la "naranja" a través de la Escuela Nacional de Entrenadores en Básquetbol de Argentina (ENEBA) en la que integraba el "staff" honorario. "Fue un grande entre los entrenadores" lo recordaron sus pares: "sabio, educado, serio y la vez cálido -sobre todo cuando sorprendía con una broma o desplegaba su interminable anecdotario-; dejó su impronta de cariño por la profesión, un historial impecable, y un amor profundo por su deporte".