Editorial de la revista Letra G 107 que se distribuirá en forma gratuita el sábado en el clásico. Fiesta y reflexión.
Después de mucho tiempo Gimnasia vuelve a jugar en el estadio Ciudad de La Plata y esta situación, siempre, genera en mayor o menor medida un estado de reflexión.
Para muchos este cambio no es trascendental, al contrario, es un accesorio que aporta comodidad, que permite ver mejor el partido y que se amolda a lo que supuestamente hoy necesita Gimnasia, que es connivencia con el gobierno de turno.
Para muchos otros, esta obra representa la corrupción en estado puro y llega a nuestra sociedad con el propósito de desterrar a los triperos de su arraigo más íntimo, de su casa, de su querido Bosque, de su patrimonio.
Entonces están lo que se acercan al estadio y van al partido sin mayores preocupaciones y los que prefieren verlo por televisión o escucharlo por radio bajo algún eucaliptus. Aquí también confluyen los que se aferran al estatuto de la institución, los que determinan su ausencia como método de lucha y en favor del Estadio del Bosque con los que no se interesan por las cuestiones del Club sino simplemente del equipo de fútbol.
Pero todo esto no define quién es más hincha o quien verdaderamente quiere a la institución. Esto no fija un límite, o al menos, no debería fijarlo. Son formas de ver las cosas, son objetivos que se trazan con convicciones firmes. Son puntos de vista sobre un tema delicado que hoy se soslaya por el entusiasmo que genera esta nueva etapa, pero que seguramente volverá a emerger, cuando todo pase, y estará nuevamente en boca de cada uno de los hinchas. Ya lo vivimos una vez y ahora volvemos a desafiar al destino.
En un tiempo, la gente estará levantando su mirada hacia las tribunas del Bosque, pidiendo a gritos por él, que volverá a perdonar como siempre, a aceptar a todos y a olvidar tanto desprecio... porque así es Gimnasia.
Por eso, si bien hoy es un día de fiesta, ya que se juega un clásico y la idiosincrasia del tripero así lo indica, también es un día de reflexión. Entendemos que hay que saber leer los momentos, que hay que entender el tiempo histórico y que no hay que claudicar en los ideales. Entendemos también que Gimnasia trasciende cualquier límite y que está por sobre todas las cosas. Gimnasia no es material sino ideal. Está más allá de lo palpable.
A nuestro entender, consideramos que hoy hay que estar junto al equipo, apoyando y alentando, como lo hemos hecho siempre, en cualquier cancha, con cualquier comisión y muy a pesar de los jugadores que vistan nuestra camiseta. Gimnasia es más que los hombres y que los nombres. La institución y su esencia deben protegerse y por eso hoy hay que respaldar en todo. De lo contrario, estaríamos autodestruyéndonos y corriendo el riesgo de fomentar voces que quieren un Gimnasia muerto.
Que quede claro que con esto no intentamos juzgar a nadie. Lo dijimos antes y lo reafirmamos: nadie es más hincha que otro; sino que cada uno actúa con la convicción de que está haciendo lo mejor para el Club.
Con esto, lo que se intenta es bajar el tono de una discusión sin sentido que plantea elegir entre el estadio o el Bosque. Gimnasia hoy juega en el estadio ciudad de La Plata por decisión de la dirigencia y hay que estar acá respaldando sin ceder espacios.
Pero, a pesar de todo, no debemos descuidar lo nuestro. Cuando las cosas pasen y cuando todo vuelva a su lugar, tendremos que mirar hacia adentro y ver con qué contamos. Vayamos ganando tiempo.
