Compartimos una nota de Rafa Ton en Mundo Lobo con la esperanza de que las cosas vayan bien a pesar de todo.
El Nacional B comenzó para Gimnasia no de la mejor manera: Tempesta como un coordinador que declaró desconocer cuál era su función concreta a 3 meses de estar en el club; la negativa de que venga “Chirola” Romero; el desconcierto por varios jugadores que llegaron y luego no fueron tenidos en cuenta a la hora de jugar. Esto antes de un Mellizo que atrajo medios de prensa pero que no consiguió en su vuelta lo que sí pudieron antes: El Pampa Sosa, Chirola Romero, Mariano Messera: quedar en primera. La campaña de Cappa que desilusionó a una hinchada que quizás “voló” demasiado en las expectativas previas y entonces las caídas dolieron más. El “Indio” Ortiz que levantó el equipo pero lamentablemente no alcanzó.
La llegada de Troglio, a sólo 4 fechas, logró más puntos que el proceso anterior con 10 puntos sobre 12. (En la etapa de Ingrao como DT se consiguieron 8 puntos en 9 partidos)
Al último encuentro – con Almirante Brown – se llega sin De Blasis – quien venía siendo figura por su entrega – sin el “Turbo” Vargas que metió dos goles desde su llegada, sin Cháves y sin Macaluso atrás. Y Gimnasia ganó. Y con un penal errado ¿es malo? Seguramente, pero viendo el vaso medio lleno se puede decir que (sacando el clásico ganado en 60 y 118) un penal errado suele ser el anuncio de una derrota.
Con varios puntos en contra, Gimnasia volvió a ganar. La historia nos dice que cuando tenemos todo a favor, solemos “meter la pata” y cuando las cosas vienen mal es cuando pegamos los mejores golpes, aunque no sea infalible (nada lo es) con sólo recordar el triunfo frente a San Martín en Tucumán, Rafaela en el Bosque, esto parece ser verdad. Pero es innegable que la llegada de Troglio trajo consigo una actitud colectiva mucho mejor. Con las lesiones y ausencias previas, el planteo podría haber sido mucho más “tímido” y el resultado otro. Esto no es obra de la casualidad, hay técnicos que transmiten confianza y cuando la confianza es fuerte y los equipos son parejos, con eso alcanza para sacar ventaja.
Hoy Gimnasia está mucho más fuerte de ánimo, más ensamblado, más práctico también. Y en esto, el técnico, notoriamente, tiene mucho que ver.
Seguramente Gimnasia-Club necesite al menos un “Troglio” en cada área, que ordene, que de confianza al grupo con que le toque trabajar, que sea “práctico” y se arregle con lo que hay, es decir que genere juego (recursos) con lo propio.
La gran deuda interna de Gimnasia: equipos de trabajo. El único equipo que se veía actuar (y muy bien) era del Departamento de prensa y tuvieron que renunciar. Ya son demasiados los rumores de maltrato para con los empleados por parte de la hija del presidente. Y no hay cambios ni disculpas.
Tampoco es sano – ni para él ni para la institución – ver a Daniel Onofri yendo de un lado a otro, como si fuera el único que trabaja, siendo vocero en la asamblea (cuando algunos directivos no se les conoce la voz), reuniéndose con el departamento de fútbol infantil, reuniéndose con el arquitecto Luis Díaz, Salvador Robustelli y Daniel Papasodaro por el tema del estadio, participando de los eventos de filiales cuando le da el tiempo, reuniéndose con socios que se quejan o los que ayudan en el Gimnasio o en Estancia o donde sea. No es sano, ni para él ni para la institución.
La llegada de Troglio y éste buen momento futbolístico que ojalá dure por muchos años, bien puede ser el principio de un cambio total y que dejemos de lado aquello que dice que todo lo excelente que somos como hinchas, es contrariamente proporcional a como somos como socios. Y no se trata sólo de votar, sino de participar, de entender que Gimnasia es un club y no un equipo. Que cuando se llega a directivo los socios te votaron para representarlos y no te dieron el mandato de un rey. Que ganar una elección no significa que los socios estarán de acuerdo en todo lo que se haga y que cuando te critican hay que escucharlos y consultarlos también. Que cuando los llamen para integrar una lista se pongan antes de acuerdo en qué destino buscan, qué grupos de trabajo conforman, qué estudios se hicieron de cómo está el club, es una responsabilidad que queda en claro que no muchos tomaron. Eso también es querer a Gimnasia, hacer esto más allá de la buena voluntad, que nadie niega, de querer hacer las cosas bien.
Después de mucho tiempo, aunque nos entregaron pocas entradas y se vió que podrían haber dado más, los triperos volvieron contentos con la entrega del equipo, no es poco. Apuntalemos esto en pos de construir. Construir es ganar. Apuntalar lo nuestro es ganar. Pedro transmite confianza, hagámosle caso, tengamos confianza en lo nuestro, apuntalemos y construyamos en lo nuestro, en lo azul y blanco (y ningún otro color), construyamos en azul y blanco.
