La 22 volvió a demostrar que en La Plata existe una sola hinchada. Primero copó el Bosque y luego la caravana fue a 7 y 50.
La palabra es muy precisa. Fue IMPRESIONANTE ver a los Triperos, otra vez, copando la ciudad en cada rincón.
Desde temprano se escucharon bocinas en cada barrio. Desde Villa Elisa hasta Aeropuerto, pasando por City Bell, Gonnet, Ringuelet y Tolosa. Desde Abasto hasta Berisso y Ensenada, encontrando Triperos por Los Hornos, el Paligüe, el Mondongo, el Peligro, el Churrasco, el Carmen. Lleno de hinchas por todos lados. En auto, en bicicleta, en moto. Micros colmados explotando en canciones que sonaron como himnos.
Sacar un número sería injusto. Había miles de hinchas en el Bosque y otra cantidad muy numerosa esperando en el centro. 10 mil, 12 mil o más. Qué importa si lo que queda es la certeza de que Gimnasia es lo más grande que existe.
Sin comparaciones, ya que no hacen falta. Los que hace la 22 no tiene precedentes. Los primeros hinchas llegaron a pie hasta el monumento flameando las banderas. Allí esperaba la Barra con bombos y un increíble show de fuegos artificiales. En la pérgola de los jardines, un telón de banderas rojas y blancas, trofeos de todos los tiempos.
La tardenoche en el Bosque fue muy emotiva. Todos saltado y cantando con las camisetas de todos los tiempos, en el reencuentro tan esperado de los hinchas con su Templo. Algunas vueltas y el baile a full en el monumento. Después, mucha fiesta en la tribuna y de ahí, de caravana hacia 7 y 50; rompiendo el silencio triste y de ventanas cerradas que a veces en el centro intentan imponer los “trapofácil”, como los llaman ahora.
Lo del Centro fue imponente y como cada vez que allí está el Lobo, la ciudad se rinde a sus pies, respetando al Gigante. “LOBO CAPO”, “LA 22 MANDA”, “CORRISTE X A-K”, “PINCHA CORRES”, etc Todas las paredes pintadas mientras otro estruendo explotaba en el cielo. ¡Que manera de volar la ciudad! Como siempre los fuegos artificiales le dieron un color único, que sumado a la fiesta de los hinchas se transformó en un descontrol de pasión y sentimiento que no se puede explicar, que sólo se vive y que sólo los hinchas de Gimnasia entendemos.
Sobre el final, quedaron dos cosas claras. El banderazo es para todos los Triperos, por el sólo hecho de formar parte de la mejor hinchada del mundo. Pero también es en apoyo al plantel. Por eso el pedido eufórico de los hinchas fue claro: “MAÑANA CUASTE LO QUE CUESTE HAY QUE GANAR”.
